5 de enero de 2009

LA LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA GRANJA Y LA BIOSEGURIDAD (3)

Uno de los factores más importantes que se deben tener en cuenta cuando se quieren implantar las medidas de bioseguridad en una explotación porcina es su localización geográfica.
En granjas porcinas localizadas en zonas de elevada densidad porcina del centro de la República Mexicana, en donde se encontraban de manera enzoótica la FPC, enfermedad de Aujeszky, del Ojo Azul, PRRS y Circovirosis, que a pesar de las medidas protectoras las piaras susceptibles con el tiempo invariablemente se infectaban.
No siempre es clara la forma como se transmiten los gérmenes de una piara a otra. En el caso de virus que afectan el tracto respiratorio, se ha demostrado que el viento es el vehículo. Es común que el virus de la enfermedad de Aujeszky pase de piaras contaminadas a susceptibles que se encuentran hasta 3 km de distancia, pero en ciertas condiciones alcanzan mayor distancia. Por ejemplo los brotes masivos en cerdos en Jutland del Sur y las islas de Als y Funen en Dinamarca coincidieron con fuertes vientos del sur que probablemente acarrearon el virus desde las piaras infectadas que se encontraban en Alemania, a una distancia aproximada de 80 km sobre el mar (Andersen 1991).
En relación con el virus de la influenza porcina, Tofts (1986) reportó que se transmitió de una granja infectada a otra que estaba a 4 km de distancia por medio de los vientos dominantes, y Easterday y Van Reeth (1999) informaron que los brotes explosivos en las regiones densamente pobladas eran debidos a la difusión por aire.
Uno de los virus que se transmite por aire muy rápido es el de la fiebre aftosa. En Taiwán existía una floreciente industria porcina, libre de FPC, fiebre aftosa y otras enfermedades; estaban registradas alrededor de 26,000 granjas y su mercado principal era Japón. En el año de 1997 apareció un brote de Fiebre Aftosa probablemente debido a la introducción de cerdos infectados de contrabando de la China continental. Debido a la elevada densidad porcina que se calculó en 1922 cerdos/km2, el virus se difundió rápidamente alcanzando una tasa promedio de 260 piaras infectadas por día, por lo que fue imposible pararlo (Yang 2002).
Además del aire, las aves ayudan a la difusión de gérmenes en las cuencas porcinas. Este fue el caso de los brotes de gastroenteritis transmisible de los cerdos (GTC) ocurridos en una zona porcícola. Cuando se analizó el patrón de difusión de los brotes, se encontró que se presentaban dentro de un área con un diámetro no mayor de 10 km, en zonas aledañas a ríos o canales de agua, que estaban arboladas. Todos los brotes ocurrieron durante los meses fríos, que era cuando se formaban grandes parvadas de chanates o zanates, que se alimentaban de la comida de los cerdos de la engorda. Cuando los cerdos estaban diarreicos por la GTC, al bajar las aves a comer se contaminaban las patas y plumas con las heces conteniendo virus y lo acarreaban cuando volaban a otras granjas (Morilla 1994).

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