29 de diciembre de 2008

LA LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA GRANJA Y LA BIOSEGURIDAD (2)

El virus de la fiebre porcina clásica se difunde muy rápido entre las piaras y los cerdos de traspatio utilizando todos los medios posibles. Uno de los problemas para su control es la dificultad de detectar la infección al inicio por lo vago de los signos clínicos de los animales y cuando se diagnostica la infección y se decide eliminar los animales infectados, el virus generalmente ha alcanzado una gran población de animales. Cuando aparecieron los brotes de fiebre porcina clásica en Holanda durante 1997 -1998 la densidad de cerdos se calculaba en alrededor de 3,000 por km2. Se infectaron 429 piaras en las que se sacrificaron alrededor de 1 millón de cerdos enfermos, infectados o sospechosos y para reducir la densidad se sacrificaron de manera preventiva alrededor de 12 millones de animales sanos de 1,300 piaras. Sólo con esas medidas se pudo detener la enfermedad, que aunque fueron exitosas, su costo fue muy elevado y acarrearon un problema de tipo social porque la población no estuvo de acuerdo en el sacrificio de los animales sanos (Bouma et al., 2000).

Lozada et al. (2003) analizaron la difusión del virus de la fiebre porcina clásica en una zona porcícola de México que contaba con una población de alrededor de 5,000 cerdos/km2. Estudiaron 37 granjas y determinaron que el virus entró a la granja índice debido a que el dueño introdujo cerdos infectados y a partir de ésta, en pocas semanas se contaminaron trece más, y con el tiempo alcanzó a la mayoría de las piaras de esa región. El factor de riesgo más significativo para que las piaras se contaminaran fue la cercanía de menos de dos kilómetros de una infectada. No fueron factores protectores para la piara el que los animales estuvieran vacunados o que hubiera una buen bioseguridad. En las piaras vacunadas los cerdos cuando se infectaban casi no presentaban signos clínicos y la enfermedad sólo se manifestaba como mayor número de cerdos de bajo peso, peludos y más mortalidad. Se concluyó que el virus de la fiebre porcina clásica cuando entraba a una zona de muy elevada densidad porcícola, lentamente infectaba a todas las piaras sin importar que estuvieran vacunadas o que en la granja tuvieran implementadas medidas de bioseguridad.

La circulación de microorganismos en las regiones porcícolas se pudo observar cuando apareció el PRRS en México. El virus fue afectando las piaras susceptibles y se fue difundiendo hasta alcanzar la mayoría de las cuencas porcinas.

La conclusión es que las medidas de bioseguridad no funcionan si la granja se encuentra rodeada de piaras infectadas y que los productores se deben organizar para eliminar las enfermedades importantes en todas las granjas de la región.

  • Bouma, A., Eblé, P., Bloemraad, R., de Kluijver, E., de Smit, H.: Erradicación de la fiebre porcina clásica en Holanda. El brote de 1997-1998. En, La Fiebre Porcina Clásica en las Américas. Morilla, A., editor. INIFAP, IICA, FUPPUE, México. 104-111, 2000. (Artículo)
  • Lozada, A., Estrada, E., Diosdado, F., Socci, G., Carrera, E., González-Vega, D., García, H., Morilla, A.: Estudio epidemiológico de la fiebre porcina clásica en granjas del altiplano de México. Téc. Pecu. Méx., 41(3):261-274, 2003. (Artículo)

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